EDUCACIÓN

Los alumnos trasladan el aula a casa

Las clases telemáticas son ya una realidad debido a la situación de confinamiento a causa de la crisis del Covid-19. El alumnado de todas las etapas, desde los más pequeños hasta universitarios, se adaptan ya a esta situación. Concretamente, más de 30.000 alumnos siguen sus clases de la Universidad de Sevilla a través de la pantalla de un ordenador. Mario Ruano, alumno de Ingeniería Informática, ya incorporado a esta nueva metodología, nos explica las claves de las clases virtuales.

Tamara Jiménez | 03/04/2020 08:58

Sin duda, todo depende del tipo de asignatura ya que algunas son teóricas y otras prácticas. “Solemos tener algunas sesiones en directo con el profesor o la profesora en la que se explica el temario como si fuese en un aula. Los alumnos podemos consultar dudas al final, en un turno de preguntas. En otros casos, algunos profesores suben vídeos para que podamos verlos tantas veces como queramos”, indica Mario.

Hay quien puede pensar que este nuevo método puede resultar algo caótico para los estudiantes, pero Mario lo tiene claro: “Los alumnos estamos con el micrófono muteado como si estuviéramos asistiendo a una clase presencial en la que todo el mundo debe guardar silencio y el profesor está exponiendo la teoría. Si alguien tiene una duda que no puede esperar al final de la clase, hay una opción en la que podemos levantar la mano y así el profesor puede decidir si se habla o no de una forma ordenada y organizada”.

Para las sesiones en directo, se mantiene el horario de las asignaturas presenciales que había antes del confinamiento. Algo que permite seguir un orden para que el alumnado pueda organizarse adecuadamente.  Pero, ¿qué ocurre cuando toca una sesión práctica en la que el profesor tiene que estar en contacto directo con el alumno o alumna?. Mario Ruano responde: “Si son sesiones en los que no toca una clase teórica, sino una práctica, el profesor, a través de la plataforma va cambiando a distintas salas virtuales donde estamos los distintos grupos y nos va atendiendo, resolviendo dudas y corrigiendo los trabajos prácticos”.

La efectividad de la herramienta es muy importante para el éxito de las clases telemáticas. El alumnado utiliza la plataforma de enseñanza virtual de la US, pero con una novedad. “Debido a esta situación, utilizamos una de las herramientas que viene incorporada en ella llamada Collaborate Ultra. Sirve para crear salas de videoconferencias y gracias a ellas puedes dar clase”, afirma el estudiante.

Collaborate Ultra sirve también para facilitar el trabajo en grupo, ya que debido al confinamiento, las quedadas entre alumnos se han visto restringidas. “Gracias a ella, por ejemplo, podemos seguir haciendo trabajos en grupo y podemos hacer una quedada virtual”, apunta Mario Ruano.

Las clases telemáticas constituyen la opción más oportuna para poder seguir con la continuidad de las asignaturas. “Lógicamente hay unas asignaturas que se pueden adaptar mejor que otras a este método, dependiendo del contenido. Pero en general, se está resolviendo la situación sin problema. Nos está resultando sencillo seguir la continuidad de la asignatura”, indica este estudiante de Ingeniería Informática.  

Sin duda, la adaptación es relativa, ya que aunque depende de los recursos, también depende del propio alumno o alumna. “Hay de todo, a algunos les ha costado más adaptarse que a otros”, afirma Mario. Quién tiene claro que hay que ser optimista: “Por suerte podemos contar con esto. El caos total sería si no tuviéramos estos recursos”.

La tecnología está siendo imprescindible para lograr la eficiencia académica y la continuidad del curso. “Permite en una situación de aislamiento, tener una posibilidad de seguir estudiando y dando las clases. Dentro de lo que cabe, aunque estamos bastante paralizados generalmente por esta crisis, la tecnología permite que muchas cosas sigan funcionando y no se paren”, indica Mario.  

Hay que ver estas herramientas como una oportunidad y no como un problema. “Si no tuviéramos estos recursos y estas herramientas… entonces sí que tendríamos un problema y motivos para estar preocupados”, apunta el estudiante.

Es momento de buscar el lado bueno y pensar en las ventajas que una situación tan negativa como esta puede ofrecer al alumnado. “La mayor ventaja que mas hemos comentado entre los compañeros es que algunas clases quedan grabadas. En las clases presenciales tienes una limitación porque oficialmente no queda constancia del contenido literal que ha reproducido el profesor o la profesora. Entonces, tener la oportunidad de poder volver a escuchar al profesor es una suerte. Podemos, en cualquier momento, aclarar los contenidos que haya podido explicar”, afirma Mario Ruano.

En definitiva, aunque se trata de una situación difícil, gracias a la tecnología, es posible seguir adelante.



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