I+D

Oxígeno para desahogar el sistema sanitario

Investigadores de la Universidad de Málaga han creado un prototipo de respirador sanitario que complementa a los que ya están siendo utilizados en las unidades de cuidados intensivos (UCI) ante la alta demanda de estos materiales originada por la crisis del coronavirus.

José Muros | 30/03/2020 11:43
Lo vaticinaban hace semanas los más agoreros, y la realidad ha terminado por darles la razón: la irrupción de la COVID-19 ha desembocado en una situación de emergencia internacional que puede conducir al colapso de las estructuras sanitarias existentes. La llegada incesante de nuevos pacientes a las unidades de cuidados intensivos comienza a convertirse en un problema en distintas comunidades de España, que no cuentan con la cantidad de recursos necesarios para poder dar la respuesta deseada.

Es por eso por lo que particulares, colectivos, instituciones y empresas de los sectores público y privado no han dudado en arrimar el hombre ante una situación en la que toda ayuda es poca. En la Universidad de Málaga (UMA) lo que aportan es talento. El talento resultante de años de investigación, que estos días se ha materializado en forma de un nuevo respirador para los pacientes con problemas pulmonares.

El prototipo malagueño no ha nacido de la nada, sino que se ha tomado como base el que un investigador creara a mediados de los años ochenta del siglo pasado.

“Se ha partido de un modelo que el doctor Ignacio Díaz de la Tuesta diseñara para su tesis doctoral hace más de treinta años. Se trataba de un respirador controlado por frecuencia, que abría y cerraba una válvula muy rápidamente hasta que conseguía la presión deseada. Nosotros lo hemos convertido en un respirador controlado por presión, actualizando el diseño original e introduciendo mecanismos de seguridad”. Quien toma la palabra es Víctor Muñoz, catedrático de la Escuela Superior de Ingeniería Industrial de la UMA y que, junto con su compañero Carlos Pérez del Pulgar, ha sido responsable de automatizar este prototipo.

Comenzaron dando forma a un primer modelo, que fue probado en un pulmón artificial y en un animal de experimentación. Lanzaron un segundo con el objetivo de comprobar que se contaba con la calidad necesaria como para testearlo en un ser humano. Y, finalmente, han desarrollado el conocido como MÁLAGARespira3, diseñado de cara a poder ser industrializado, y que presenta llamativas diferencias con respecto a otros respiradores que ya están siendo utilizados en los hospitales, y a los cuales complementa.

La primera de ellas es su forma de funcionar: “Otros respiradores usan un AMBU que se encarga de introducir aire del ambiente en el paciente por medio de un mecanismo; nuestros diseño utiliza oxígeno a presión de 5 atmósferas, disponible en las bombonas sanitarias. Está pensando, sobre todo, para aquellos pacientes críticos que no cuentan con respirador y que pueden utilizar este como último recurso”, indica Muñoz.

Por otra parte, está el tipo de materiales con los que se ha decidido fabricar los respiradores: “Hemos evitado el uso de materiales médicos. El prototipo lleva elementos de fontanería, sensores de aire acondicionado, e incluso automatismos de los que se usan para controlar las puertas de los garajes”. Recursos industriales con cuyo uso se pretende evitar la falta de suministro de material para el desarrollo de los respiradores convencionales.

Y la última diferencia es el tiempo de fabricación que requiere este modelo: si los dos primeros prototipos oscilaban entre las dos y las tres horas, el MÁLAGARespira3 puede reducir aún más este tiempo, una vez que se encuentre en el proceso de creación en serie; una fase que también tendrá sello andaluz al haber sido adoptada por una empresa malagueña.

Este proyecto, puesto en marcha por un equipo multidisciplinar formado por los citados investigadores, personal sanitario de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria y científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), ya cuenta con el visto buena de la Junta de Andalucía para saltar a su última fase de desarrollo: “Hay que tener en cuenta que es un proceso que, en condiciones normales, puede tardar un año y que nosotros lo hemos desarrollado en apenas seis días”, recuerda Muñoz. “Aunque depende de muchos factores, como por ejemplo que no se corte la cadena de suministro, esperamos poder ver los respiradores en funcionamiento en los próximos días”.

Será el momento de que el sistema sanitario pueda al fin tomar un respiro con este soplo de aire fresco que llega desde Málaga.


Envíanos tus Comentarios

Cibersur no se hace responsable de las opiniones reflejadas en los comentarios
introducir este texto en la contenedor de la izquierda recargar
Comentarios - total 0


Quienes Somos | Publicidad | Suscripción | Contacto | Nota Legal
© CIBERSUR Edita CPS S.L. en Sevilla (España, UE)