Cibersur.com | 20/02/2024 13:29
9,5 billones de dólares. Ésta es la cuantiosa cifra que, según estima la compañía Cybersecurity Ventures, gestionará este año el cibercrimen y que, en 2025, se incrementará hasta los 10,5 billones.
Este montante económico proviene del denominado ‘impuesto revolucionario’ que las empresas pagan tras ser atacadas, un chantaje digital que los cibercriminales exigen tras perpetrar un ataque.
Tal y como refleja el estudio ENISA Threat Landscape, el 31,2% de los ciberdelitos ocurridos en solo un año -de julio de 2022 a junio de 2023- fueron ‘ransomware’, es decir, secuestro de información sensible por la que se pide un rescate.
Todos estos datos fueron enumerados por Andrés Soriano, director de Ciberseguridad del Instituto Superior de Formación Profesional UNIVERSAE, en una conferencia impartida en el Digital Policy Workshop de la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica, a la que asistieron altos representantes de los órganos ministeriales del país y de la Dirección de Inteligencia y Seguridad de Costa Rica.
Soriano hizo hincapié en la “necesidad de ser conscientes de los riesgos del ciberespacio y el impacto que puede tener para la sociedad, ya que la ciberdelincuencia es un negocio multimillonario que está en ascenso en todo el mundo”.
Además, el director de Ciberseguridad de UNIVERSAE destacó en su intervención el peligro de las Amenazas Avanzadas Persistentes, “los actores de amenaza de mayor nivel de criticidad, pues son grupos cibercriminales patrocinados por determinados Estados, Gobiernos, o equipos que forman parte de las estructuras de sus Servicios de Inteligencia. Sus acciones buscan socavar las infraestructuras de aquellos gobiernos contrarios a sus intereses geopolíticos, una misión que se desarrolla junto a labores de ciberespionaje que les otorguen una ventaja táctica”.
Para intentar frenar el avance de los ciberataques y garantizar la ciberseguridad nacional de un país frente a los diferentes actores de amenaza es necesario, según apuntó Soriano, “invertir en tecnología, desarrollo de fuerza laboral y establecimiento de procesos robustos con los que poder operar dicha tecnología”.
Advirtió igualmente de que “en el ciberespacio no existen fronteras, por lo que la lucha contra el cibercrimen no puede realizarse de forma individual. La cooperación internacional se hace imprescindible para combatir a tan especializados actores de amenaza”.
Por último, el director de ciberseguridad de UNIVERSAE indicó que “la obtención de inteligencia a través de agentes especializados que sean capaces de penetrar en las estructuras y foros del cibercrimen es crucial para conocer a los adversarios desde dentro, y de esta forma anticiparse y mitigar las amenazas”.